miércoles, 14 de junio de 2017

SENTIR EL PODER ES FUNDAMENTAL PARA GENERAR NUEVOS LÍDERES


David Dubois, profesor asociado de marketing en INSEAD,  en INSEAD Knowledge del pasado 8 de junio plantea que la sensación individual de poder deriva de acumular pequeños episodios de poder y no de una varita mágica.
Muchos estudios sobre la psicología de la jerarquía han mostrado que estar en un estado de elevado poder, esto es el sentimiento de que tenemos el control sobre los recursos tales como tiempo o dinero, puede generar ventajas sociales evidentes tales como un mayor optimismo, mejores habilidades persuasivas y eventualmente conseguir un trabajo más satisfactorio.
Aunque algunos factores, como la riqueza, juegan un papel en moldear los sentimientos de poder, cada vez se encuentran más evidencias que sugieren que el poder es un estado por lo que los cambios momentáneos en las situaciones sociales pueden ayudar a construir sentimientos de poder. Esta perspectiva brinda la excitante posibilidad de que las personas puedan fortalecer activamente sus “músculos del poder” a través de una preparación activa. Por ejemplo, una herramienta sencilla que podemos utilizar consiste en recordar un tiempo en el que la sensación de poder estaba ligada a un mejor desempeño en las entrevistas de trabajo, presentaciones o exámenes o al reconocimiento por un trabajo realizado en el colegio. El solo hecho de rememorar un episodio pasado de poder se ha comprobado que transforma significativamente nuestra forma de pensar, de sentir y de comportarnos en situaciones sociales.
El autor menciona que al observar las potenciales implicaciones de estas sencillas intervenciones ha pasado a demostrar  en su último trabajo,,Ease of retrieval moderates the effects of power: Implications for the replicability of power recall effects”, publicado en  Social Cognition, con  Joris Lammers, Derek Rucker y Adam Galinsky, que un moderador importante del efecto de recordar un episodio de poder se encuentra en la habilidad de las personas para recuperar esas memorias.
En una serie de experimentos en los que a los participantes se les asignaba una posición más elevada o menor de poder y luego respondían a preguntas encontraron que un sentimiento alto de poder hacia que éstos tuviesen una mayor confianza en sí mismos y que defendiesen sus intereses y se aferrasen a los recursos llegando a actuar con egoísmo y contra el bien general para mantener sus ganancias. Por ejemplo una de las pruebas consistía en un escenario en el que los caseros de los participantes les pedían que abandonasen sus viviendas lo antes posible. Era un test de desobediencia para mostrar los patrones mentales independientes. Los que se sentían poderosos se mostraban independientes y no dudaban en oponerse al grupo. Muchos experimentos psicosociales han encontrado que los individuos que sienten que tienen poder con mayor  frecuencia suelen disentir del grupo y actuar en situaciones en las que hacerlo o no va a tener los mismos resultados. En la prueba anteriormente mencionada los participantes en el grupo con poder tendían a desobedecer y a permanecer más tiempo en las casas.
El autor plantea como consecuencia de este estudio los siguientes hallazgos principales:
1.- La facilidad de rememorar parece ser un factor moderador crítico cuando el realizar el ejercicio de recordar un tiempo en el que nos sentimos poderosos produce sensaciones de poder. Las dificultades de revivir esos momentos pueden ser crónicas o situacionales, por ejemplo las personas con un estatus social más bajo pueden sentir de forma crónica que su nivel de poder es bajo y encontrar más complicado recobrar la memoria de una situación en la que experimentaron poder. Puede estar ligado también a las situaciones como la sensación de indefensión de los estudiantes antes de un examen.
2.- Si la habilidad de actuar con autoridad y poder reside, al menos en parte, en su facilidad para recuperar episodios de poder es importante diseñar o propiciar situaciones en las que estos sentimientos van a poder surgir en todos los niveles para fomentar la iniciativa y preparar a futuros líderes. Por tanto es importante facilitar el acceso de los profesionales a los sentimientos de poder mediante el conocimiento, los recursos, la autonomía y el estatus, creando, por ejemplo desde los departamentos de personas, experiencias de “mini-poder” a lo largo de toda la organización, involucrando a sus miembros en proyectos y actividades que les permitan sentir que controlan su destino y los recursos que tienen a su disposición.

La tendencia natural en las organizaciones puede ser hacia establecer una autoridad, mantener una jerarquía estricta y respetar los roles, pero esto puede dañar a aquellos que carecen de poder. El poder tiene que ser un recurso compartido, unas veces un profesional lo tiene y otras otro. Una concentración del poder no siempre beneficia al equipo y puede originar que cuando mucho se sienten indefensos se unan para conseguir el poder derrocando a los poderosos. 

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